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ORDENES DE LA AYUDA: Una visión desde las Constelaciones Familiares.



Desde muy pequeños a muchos de nosotros se nos ha enseñado que ayudar a los demás es un valor de solidaridad y se nos ha inculcado la importancia del servicio. Lo vivimos así y aprendimos frases como : “ Es mejor dar que recibir” , “ Hay mucha mas felicidad en Dar que recibir” etc, etc. Si bien es cierto que todos necesitamos de la ayuda de los demás y los otros necesitan de la nuestra, es importante ser conscientes de qué manera estamos ayudando y cuáles son las motivaciones internas inconscientes que están presentes en la ayuda que ofrecemos.


Desde el enfoque de las Constelaciones Familiares, la ayuda tiene que estar al servicio del crecimiento y del desarrollo. Es a través de la ayuda que se nos presta desde el mismo momento en que nacemos, que podemos crecer y desarrollarnos. Solo en la medida en que tomemos de otros estamos preparados para poder dar y recibir.


Berth Hellinger en su libro los Ordenes de la Ayuda, nos recuerda que “ Ayudar es un arte que requiere sintonizar con aquel a quien se ayuda” y establece unos principios de la ayuda muy importantes, para aquellos que hemos vivido en la creencia de “ dar sin límites” , inclusive sin tener en cuenta si ese otra persona la necesita.


En mi experiencia personal y profesional ha sido de un gran valor tener claridad en estos principios, vivenciarlos, y comprender que Ayudar, no solo tiene que ver con el otro, sino conmigo y que el respeto por el otro requiere de revisar en mi , desde qué lugar quiero ayudarlo.

¿Esta presente en esta ayuda la necesidad de reconocimiento? ¿Quiero llenar vacíos de mi infancia? ¿ Nos hemos hecho la pregunta si ayudar al otro lo fortalece o lo debilita?

Detenernos a pensar en esto no está permitido porque lo miramos como un acto egoísta, por nuestras creencias; sin embargo es importante tener en cuenta estos principios, para así llegar a los otros facilitando que la persona se haga responsable de su propia vida, sin crear vínculos que dificulten una visión objetiva del problema.

Desde Constelarte les compartimos estos principios de la ayuda, y les invitamos a llevarlos a la cotidianidad, practicarlos y ser coherentes en las diferentes ocasiones en que queramos ayudar, liberándonos de teorías sobre cómo “deben” ser las cosas y soltando las intenciones o deseos personales. Es decir, no tener una imagen de solución “pre-fabricada” o hipótesis preestablecidas. ¡La solución que creemos correcta, puede ser equivocada!, ¡No existen reglas absolutas aplicables a todo el mundo por igual!.

Principios de la Ayuda:

  1. Sólo podemos dar aquello que tenemos y sólo podemos tomar aquello que realmente necesitamos.Se trata pues de ayudar con lo que realmente necesita la otra persona y no necesariamente en la forma que nos pide o nos exige. Hacer conciencia que en ocasiones, le quitamos la oportunidad al otro de aprender de sus propias experiencias.

  2. Sólo se puede cambiar aquello que las circunstancias permitan y realmente se necesite cambiar. Existen muchos eventos externos que no pueden ser cambiados, Ejemplo: enfermedades hereditarias, discapacidades, etc, hay otras situaciones que están en juego, como el pensamiento mágico de cada persona. No siempre comprendemos el por qué suceden las cosa, sin embargo ayuda el tener fe en que lo que ocurre es para un bien mayor y los propósitos más elevados.

  3. La posición de ayuda útil es aquella en la que nos aproximamos al otro como lo que es: Un adulto.Y en caso de que la persona no se encuentre en esta posición, ayudarle para que la encuentre.Muchas veces se tratan a otros adultos como si fueran “hijos” y esto genera una relación parecida a la que dicha persona tiene con sus padres reales, con sensación de desconexión y descontento. La persona busca la solución afuera, como un niño con sus padres y no se da cuenta que solo él/ella tienen la solución. Ver al otro como un niño lo debilita, no lo fortalece. La ayuda “sana”, consiste en un “acompañamiento” en el camino de la vida hasta el punto donde uno elija y pueda, y después seguir cada uno su vida, desde la libertad.

  4. La empatía que ayuda es la que mira con amor a todos los miembros de la familia, sin olvidar a los excluidos.En ocasiones, se toma partido por alguien a quien se quiere ayudar y esto implica ponerse en contra de otros miembros del sistema. Esto solo ayuda a “atrincherarse” en su postura y no a buscar una solución de reconciliación e integración. En cuanto tomamos partido por alguien y nos ponemos en contra de otros miembros del sistema, ¡ya no podemos ayudar!. Sólo cuando todos son respetados con su destino y sus implicaciones, nos mantenemos en el amor.

  5. La solución consiste en unir lo que está separado, poniéndose al servicio de la “reconciliación con la vida” y especialmente con los padres.Cuando aceptamos las quejas del otro contra sus padres y nos aliamos con él, nos pondremos al servicio del conflicto y de la división, no de la unificación.

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