Bert Hellinger
De acuerdo a nuestro Ordenamiento Jurídico Colombiano, la adopción es principalmente y por excelencia, una medida de protección a través de la cual, bajo la suprema vigilancia del estado, se establece de manera irrevocable la relación paterna filial entre personas que no la tienen por naturaleza.
Muchas son las motivaciones que conllevan a un proceso de adopción, y es bien sabido que entre las parejas que no han podido engendrar un hijo, adoptar se convierte en una opción extraordinaria, pues se comparte un vínculo afectivo especial y muy fuerte con un ser del que pueden hacerse cargo y compartir la experiencia de la crianza y la vida familiar.
Bert Hellinger sostiene que: «Si un niño no puede ser criado por sus padres y necesita de otros padres, la primera búsqueda debe dirigirse hacia los abuelos. Es lo más inmediato. Si estos acogen al niño, está en buenas manos. En un caso así, también es más sencilla la vuelta a los padres si la situación cambia. Si los abuelos no pueden, o ya no están, se busca entre los tíos o tías. Estos son los siguientes. Sólo si no se encuentra a nadie de la familia, pueden buscarse unos padres adoptivos o acogedores. Entonces realmente se convierte en una tarea que vale la pena. En un caso así, los padres que acogen al niño pueden estar seguros de ocupar el lugar correcto: suplen a los padres del niño, ayudando a llevar a cabo lo que aquellos no pudieron realizar. Cumplen una función importante, pero como representantes ocupan el segundo lugar. Primero vienen los padres verdaderos, como quiera que sean e independientemente de lo que hayan hecho. Si se guarda este orden, el hijo adoptivo puede respetar a los padres adoptivos y tomar lo que de ellos recibe».
A pesar de las gestiones que realizan las entidades de protección por encontrar a los padres o familia extensa, el porcentaje de niños que han sido abandonados, que no son reclamados o que deben ser entregados en adopción a personas diferentes a su familia, continuan siendo alto.
La adopción se convierte en un movimiento de amor interrumpido, que es el dolor del hij@ frente a una separación a temprana edad de sus progenitores, cuando se trata de la madre. El hij@ siente el dolor de la separación con sentimiento de rabia, desesperación y tristeza.
Desde las Constelaciones Familiares, se hace énfasis en la importancia de honrar a los padres biológicos de este niño o niña, y darles un lugar de respeto y dignidad, independientemente de los motivos que hayan tenido para darlos en adopción.
Esta tarea corresponde a los padres adoptivos y familiares, en donde muchas veces encontramos una gran resistencia y poca aceptación de las situaciones o problemas de conducta que comienzan a aparecer en los menores, en el proceso de convivencia con su nueva familia.
Un aspecto que se considera importante en las Constelaciones Familiares, es la comprensión que puede obtenerse al mirar con respeto el sistema de origen de los menores adoptados, sin juzgar y sin reprochar, pues los niños adoptados son leales a su sistema, hacia allá está su corazón, sin importar la acogida y entrega que sientan los padres adoptantes.
Ser padres adoptivos implica entonces hacerse cargo, no sólo de la educación de los niños, sino también de su pasado al honrar al sistema familiar del cual provienen y contribuir a sanar sus heridas de abandono, miedo, soledad, al apoyarlos en desarrollar una cultura positiva y una identidad étnica, identificándose con las personas que comparten una historia y una cultura, aún cuando sus creencias, preferencias y afinidades, puedan ser distintas.
Por:Elsy Francisca Serrano M.
Comments